Constelar te cambia la cabeza
Carta a mi papá:
Hace tiempo comencé a acercarme a vos. Primero, interiormente. Y hace poco me animé a hablarte de tu papá, un tema del que nunca te escuché hablar y sobre el que tampoco me había atrevido a preguntar. Quizás porque en casa, la comunicación siempre tuvo un estilo rígido: de arriba hacia abajo. Vos hablabas, y yo tenía que callar. Así era antes, y para mí, fue difícil.
Cuando participé en mi primera constelación, descubrí que estaba identificado con una pareja anterior de mi mamá. Mi constelador me explicó que, cuando esto sucede, es como si esa identificación creara un velo entre el hijo y el padre. Ese velo hace que el padre, en lugar de ver a su hijo, vea a la pareja anterior de la madre. Y eso genera conflicto, rivalidad.
En otras constelaciones apareció tu papá, mi abuelo. También descubrí que estaba identificado con él. Entonces entendí por qué, en algunos momentos, vos esperabas de mí que me hiciera cargo de cosas que no eran mías, que me quedaban grandes para mi lugar como hijo.
Ha sido un camino largo hasta aquí. Hoy puedo decir: yo soy yo, y vos sos vos. Ahora puedo verte con otros ojos. Sé que muchas veces te juzgué, y lo siento profundamente.
Sané mi relación con vos, y estoy agradecido por eso.
Gracias a la vida por haberme dado a vos como mi padre.
Te quiero mucho, pá.